La participación en la vida y fines de la Hermandad no radica en las actividades propias y cercanas a la salida procesional, sino que constituye el cauce de su dinamismo espiritual, la Hermandad es privilegio que una o varias personas concenden a lo largo del año, todo hermano es invitado a participar en los cultos y ejercicios de piedad organizados por la Hermandad, es amistad intima, unión de voluntades que durante todo el año se congregan en torno a la devoción de unas imágenes, y que se basa en tres pilares fundamentales de manera que ésta sea una comunión fraterna en la que todos vivan al servicio de todos en la fe y la caridad.
Convivencia entre los hermanos que la componen
Formación cristiana, ahondando en nuestra fe y haciéndola llegar a todos los hermanos.
Caridad con nuestro prójimo
La Actividad de la Hermandad debe desarrollarse abiertamente a los hermanos y no puede ser un núcleo aislado.
La Hermandad se convierte en Cofradía cuando realiza un acto público de fe, es decir, cuando sale en procesión.
Hoy la Iglesia nos demanda una nueva Evangelización y, por ello, el papel de nuestra Hermandad y Cofradía está tan vigente ayer como hoy.
Por ello desde esta Junta de Gobierno creemos que la mejor manera de llegar a todos los hermanos en poniendo a su disposición la Hermandad, y con ello nuestra casa de hermandad, que tiene que ser centro y unión de todos ellos.