Y al fin la Cruz erguida y Jesús en ella prendido. Su anatomía exenta, reducida en el martirio o sus líneas cuelga definitivamente del madero…….
….En el silencio de la noche que enlaza las dos fechas capitales, el paso del Crucificado marca en los espíritus caminos que meditar. Sus dimensiones en pugna, hablan despaciosamente de contradicción sin medio entre la tierra y el cielo, entre la vida y la muerte……y entre ambos trazos cruciales, trágicamente colgado, todo una magulladura, ese cuerpo agonizante que hace estremecerse al alma en contemplación sobrecogedora del desfilar profundo, sordo y formidable de Jesús Crucificado en la tiniebla.
…..La fisonomía austera del Cristo de la Vera Cruz nos da la cifra esencial, esquemática y exacta del drama de Jesús.
José Artigas Ramírez
PREGON DE LA SEMANA SANTA 1947